lunes, 3 de enero de 2011

The final countdown

Comencé a estudiar periodismo en septiembre de 2005. A pesar de las dudas del principio, y de haber empezado otra carrera, terminé la licenciatura hace unos meses. Varios ex-estudiantes de mi promoción y de la anterior hemos hablado sobre quién de nuestra clase de la universidad tiene un contrato. Siempre llegamos a la conclusión de que muy pocos: la inmensa mayoría somos becarios o estudiantes de máster u otras carreras, como mucho colaboradores en algún medio. No tener trabajo es lo normal, tenerlo es una anomalía.

Yo estoy en el bando de las becarias. Después de haber trabajado un año en la delegación de la Agencia Efe en Valencia, en una semana lo haré en sus oficinas de Nueva York. Este privilegio durará doce meses. Después quién sabe, vendrán otros estudios, otras becas, un trabajo de verdad.

De momento, el próximo año seguiré sin hacer la declaración de la renta y ganaré por hora algo más que un barman de Nueva York, pero menos que los cocineros y chefs de la ciudad. Esto es en base a los datos que daba hace un par de semanas en un artículo el corresponsal de El País en Nueva York, Sandro Pozzi, y de unos cálculos chapuceros que acabo de hacer teniendo en cuenta la cotización del euro. Desde luego, solamente me pareceré a Carrie Bradshaw en el portátil y en que, como ella, viviré en Manhattan con un señor que tiene más dinero que yo. Aunque yo no tenga acceso a la cuenta corriente del señor en cuestión y ella sí.

Como hice en mi estancia de estudios en Toronto, creo el blog como una herramienta para reflexionar sobre lo que iré viviendo, para ponerlo en orden, pero sobre todo para comunicarme con los que tengo lejos. Así, uno de mis buenos propósitos para 2011 será no ser vaga y mantenerlo actualizado. I'll try, I promise, como dirían en los USA.